miércoles, 17 de septiembre de 2014

La vida social de la persona celiaca

Ya está. Después de muchas vueltas, de salir y entrar mil veces de las consultas de los médicos, de un montón de pruebas…por fin ¡tienes el diagnostico! Resultados positivos: eres intolerante al gluten o tienes sensibilidad al gluten no celiaca.
Te informas, puede que te apuntes a alguna asociación de tu ciudad, te pones las pilas en casa para empezar a cocinar “gluten free”, ejerces de profesora de las personas con las vives que no son celiacas y una vez que todo en casa esta controlado te enfrentas a algo con mucho miedo al principio pero que es inevitable… Tienes que salir de tu mundo perfecto sin gluten ¿por qué? Muy simple, porque tu vida social tiene que continuar.


Puede parecer una tontería pero las personas que tenemos alguna intolerancia o alergia alimentaria lo pasamos muy mal cuando salimos de casa (sobre todo al principio). Y es que dentro de casa es como si estuviéramos viviendo en una burbuja donde lo tenemos todo controlado; lo que podemos comer, lo que no, la tan temida contaminación cruzada… Y al salir al “exterior” nos damos cuenta que no todo es tan sencillo. Lo tenemos un poco mas complicado sí, pero nuestra vida social no termina con el diagnostico, tenemos que ser capaces de llevar la misma vida que llevábamos antes. Simplemente tenemos que tener mas cuidado con la alimentación, tenemos que comer de forma diferente es cierto pero en el resto nada tiene porque cambiar. Aún así, hay algunas situaciones a las que solo te enfrentarás si eres intolerante o sensible al gluten y que se pueden extrapolar a otras intolerancias o alergias. Aquí os presento algunas:
  • Vas a ser el centro de atención: Cuando tengas que ir a algún evento tipo: comida de empresa, boda, comunión, comida con conocidos o amigos de amigos… Tienes que saber que una parte importante del peso de la conversación va a recaer sobre ti. Así que prepárate para decir eso de: “Por favor, los focos a mi persona” porque efectivamente…es tu momento. Te va a tocar hablar del gluten: de lo que es, de los alimentos que puedes comer, de los que no, de la contaminación cruzada… Así que en vez de tomártelo como un engorroso trámite del que esperas salir cuando antes, puedes pensar que todas las cosas que tu cuentes y expliques a los demás es positivo para ti y para otras personas celiacas que se encuentren con ellos en el futuro. Eso sí…mejor prepara un esquema antes de salir de casa porque muchas veces ¡es como estar sometido a las preguntas del fiscal en un juicio!
  • Tienes que andar con mil ojos en los restaurantes: este es un punto importante a tener en cuenta. Ahora tendrás que buscar antes de salir de casa sitios aptos que tengan en cuenta la alimentación sin gluten. Mi consejo es que tu primera opción sea ir a restaurantes certificados por asociaciones de celiacos ya que esos establecimientos reciben formación y pasan una serie de controles. De estos ya aviso que no hay muchos, sobre todo en ciudades pequeñas. Además también depende mucho de la Asociación, hay algunas que funcionan muy bien y otras que directamente no funcionan. Por eso, otra opción es buscar sitios que controlen el tema y ofrezcan platos sin gluten y aun así preguntar antes de pedir si tienen en cuenta la contaminación cruzada ya que muchas personas no saben ni siquiera lo que es. Si no tienes mas opciones que ir a un restaurante donde no estén certificados, ni tengan platos sin gluten no te queda otra que explicar lo que tienes y lo que puedes comer. El filete a la plancha (siempre que la plancha esté limpia) es muy socorrido. Y no te preocupes, es normal que sientas algo de miedo cuando tienes que comer o cenar fuera de casa en un sitio que no conoces, nos pasa a todos. Y es que ¿quién no se ha contaminado en un restaurante alguna vez?
  • Te encontraras con personas poco tolerantes: no conozco a nadie que sea celiaco que no tenga una anécdota que contar relacionada con este punto. Siempre va a haber alguien que se lo tome a guasa, que gaste lo que ellos piensan que es una broma pero que realmente no tiene ninguna gracia o que te pregunte cosas incomodas. Podemos hacer dos cosas: sentirnos mal, incómodos… O contestar con criterio, ponerlos en su sitio y pensar que hay una máxima que no falla “la ignorancia es muy atrevida” y tristemente hay mucho ignorante suelto.
  • Tu bolso o mochila se convierte en tu principal aliado: y es que al salir de casa no puedes olvidar meter algo de comer dentro. Siempre es mejor prevenir que curar y ya se sabe: “Celiaco prevenido vale por dos” (¿o no era así?). Como nunca sabes a donde te van a llevar tus pasos y si el sitio al que puedes llegar va a tener algo sin gluten para ti, no hay cosa mejor que cargar con unas galletas o un mini sándwich singlu.
  • Empezaras a comprender eso de “Le entra por un oído y le sale por el otro”: porque sí, también te encontraras con personas que por mas que les expliques lo que es la celiaquia: que no se cura, que no puedes comer ni el famoso “poquito”, que de los nervios los que te ponen son ellos y que la comida sin gluten puede estar igual de buena o mas que la glutanera…ellos/As no se van a bajar de la pobre burra (que ya estará harta de cargar con ellos/As) y seguirán insistiendo cual Paco Martínez Soria en Don Erre que erre, en que ellos tienen razón y tu no. Lo mejor que puedes hacer: si después de la décima vez que lo explicas ves que es inútil porque son de esa clase de personas que tienen la mente cerrada con 7 candados dobles, pasa de ellos/as olímpicamente. No conseguirás nada, bueno sí…pillarte un mosqueo monumental y creerme (lo digo por experiencia) no es plan. Conclusión: que les vayan dando mucho por donde amargan los pepinos.

      Estas situaciones son solo un ejemplo de las mil con las que nos encontramos constantemente pero aunque a veces nos sintamos mas perdidos que Carol Anne en Poltergeist, al final siempre vamos a escuchar una voz interior que nos diga eso de” Ve hacía la luz Carol Anne, ve hacíaaa laaa luuuz!” y hacía allí tenemos que ir nos llamemos Carol Anne, Patricia o Eustaquia. Tenemos que tener claro que no podemos dejar de hacer las cosas que hacíamos antes u otras nuevas por tener miedo a salir de nuestra zona de seguridad. Por ejemplo; Si nos invitan a cenar en casa de amigos solo tenemos que explicarles antes de ir algunas cosas sobre el gluten o la forma de manipular los productos, ponernos guapos, ir y pasar una gran noche y si no nos fiamos pues nada…el momento Tupper siempre nos salvará la vida, ese día le damos una clase de cómo cocinar singlu y el próximo día ya lo podremos dejar en casa.
      La mayoría de las veces es un problema de falta de formación pero que poco a poco y con la ayuda de todos podemos ir solventando. Y si es un problema de falta de empatía por parte de los demás tienes que tener claro que entonces el problema es de las personas que son incapaces de ponerse en tu lugar y comprenderte, ¡no tuyo!


4 comentarios:

  1. No me puede gustar más!!!!! <3 jajajaja Falta cuando en la mesa rodeada de gente te hacen la pregunta del millón ¿Qué te pasa cuando comes gluten? Y tu cabeza te pone la imagen de alguna que otra vez tu en el baño… Y dices qué les contesto, que me vuelvo verde y el pelo se me pone azul o que me tengo que ir corriendo al baño a echarlo por algún lado!! ;) En fin!!! Humor celíaco!!!

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  2. jajaja, Me he reído mucho en el punto de la gente que no escucha. Se nota el mosqueo, jeje. Pero sí, tienes toda la razón. Hay personas que no lo entienden. Hoy mismo en la comida me han dicho lo de un poquito.

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  3. Jajaja totalmente de acuerdo con todo!!! Cuantas veces me habrán preguntado lo de: ¿y si comes gluten que te pasa? O lo típico de que porque comas un poquito no pasa nada... Paciencia dios mio!!

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  4. Jajaja muy cierto, sobretodo el tema de la empatía y el de la explicación. El pensar: "se acerca el momento de las preguntas..." y zas comienza! Antes me parecía frustrante, ahora ya lo tomo con humor. Aunque muchas veces no sean comprensivos contigo, para ti es más fácil serlo con otros. Creo que la condición enseña a cultivar la paciencia.

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